Tiburón ballena

Tiburón ballena

Nadar con el tiburón ballena, los gigantes del océano, en el verano es una experiencia extraordinaria de la vida en el Caribe mexicano. Hay tours en pequeño grupo desde Cancun y para los amantes de la naturaleza son imperdibles.

Cuando era niña, ver los programas de la BBC sobre la vida silvestre siempre me hizo querer seguir los pasos de Sr. David Attenborough mientras exploraba el mundo natural. Los años de vivir en México me han dado esa oportunidad. Ser testigo de una tortuga verde depositando sus huevos en una playa de la Riviera Maya mientras los relámpagos brillaban en el mar fue mi primer avistamiento de la increíble vida silvestre y desde entonces ha habido muchos más. He visto tucanes, colibríes y flamencos, monos aulladores y guacamayas rojas en las selvas altas de Chiapas, delfines silvestres, ballenas jorobadas y grises, e incluso al tímido jaguarundi, uno de los cinco felinos de Yucatán. Sin embargo, mi experiencia más increíble a la fecha tiene que ser haber nadado con los tiburones ballena, los gentiles gigantes de los océanos.

En una mañana tranquila y despejada, me encontraba a bordo de una lancha rumbo a la zona azul, el nombre dado a las aguas profundas al este de Isla Contoy, escaneando la superficie del océano en busca de señales del pez dominó o tiburones ballena, que se reúnen en esta zona del Caribe mexicano para alimentarse del plancton durante los meses del verano. De repente nuestro guía los ve, un torbellino de aletas por doquier y las sombras del pez más grande del mundo surgiendo de las profundidades, es la increíble vista de los tiburones ballena alimentándose del plancton en la superficie.

Después de observar a varios tiburones ballena pasar nadando junto a la lancha, el guía me dice, “Prepárate, cuando te diga que saltes, saltas.” Durante las dos horas del paseo en la lancha a las zonas de alimentación del tiburón ballena, me preguntaba si tendría el valor de saltar al agua clara, pero profunda, cerca de un animal del tamaño de un autobús, pero cuando recibí el llamado no lo dudé.

Apareció una enorme forma. Mi primer tiburón ballena;  su boca abierta para capturar el plancton y filtrar el agua a través de sus branquias. Lo vi pasar nadando plácidamente, con el cuerpo color azul grisáceo moteado por la luz del sol, destacando el distintivo patrón de puntos y rayas blancas que le dan su apodo de “pez dominó.” Lejos de intimidarme por su tamaño, sentí un sensación de asombro y una tremenda paz al contemplarlo, junto con el pez rémora pegado a su cuerpo y una nube de diminutos peces ocupados limpiando los parásitos de su piel. Luego, con un último movimiento de su cola, verlo desaparecer en la distancia.

Salí del agua eufórica y escupiendo el agua que había tragado durante mi increíble encuentro. Fue un momento que atesoraré para siempre.

Tiburón ballena

¿Qué es lo que atrae a los tiburones ballena al Caribe mexicano?

Los tiburones ballena viajan miles de kilómetros a través de los trópicos, moviéndose entre zonas de alimentación durante el año. Desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre, se reúnen en el Caribe mexicano donde las altas temperaturas provocan un rápido crecimiento del plancton y una abundancia de estas criaturas microscópicas. Aunque estudios de investigación en el Caribe mexicano también revelaron que, además del plancton, a los tiburones ballenas les encantan los huevecillos de un pez llamado bonito que también desova durante el verano. Los biólogos creen que la abundancia de alimento desencadena la mayor reunión de tiburones ballenas del mundo. Un día en 2009, se contaron 420 de ellos durante un vuelo y en 2017, se rastrearon tres grupos de tiburones ballena, con un total de 560 de ellos (fuente: Rafael de la Parra).

Hay dos zonas de alimentación del tiburón ballena: el área entre la isla de Holbox y Cabo Catoche, la saliente de tierra donde se unen las aguas del Golfo de México y el Caribe y donde las surgencias de agua fría rica en nutrientes hacen que florezca el plancton, y en las aguas al este de Contoy e Isla Mujeres. Debido a la importancia de esta área para el tiburón ballena y otras especies marinas como el pez vela, marlín, mantarrayas, delfines y tortugas marinas, el gobierno mexicano declaró parte de la zona como reserva de la biósfera marina.

Compartiendo la misma dieta de plancton y huevecillos de peces, las mantarrayas se mezclan con los tiburones ballena y algunas veces pueden verse saltando fuera del agua. A menudo pueden verse delfines y tortugas marinas en el camino a las áreas de alimentación del tiburón ballena.

Tiburón Ballena

Recorriendo los océanos

Cada tiburón ballena tiene sus marcas únicas y tomar fotos de ellos está ayudando a los expertos en tiburón ballena alrededor de mundo a recopilar un catálogo. Utilizando esta base de datos internacional con fines de identificación y marcando tiburones y usando rastreo por satélite, ahora pueden seguir los movimientos de estas enigmáticas criaturas. Por ejemplo, han podido rastrear tiburones ballena durante el año mientras nadan por el Golfo de México, el Caribe mexicano dirigiéndose al sur a Belice y las Islas de la Bahía, en Honduras. Una hembra de tiburón ballena de la población del Golfo de México fue rastreada tan lejos como Brasil, llevando al equipo a bautizarla como “Río.”

En la región del Indo Pacífico, los tiburones ballena se reúnen frente a la costa de Mozambique, las Maldivas, Seychelles, Indonesia, Filipinas, Australia, Fiji y el Mar de Cortés, frente a Baja California Sur en México.

Reserve la experiencia de observación del tiburón ballena con Thomas More Travel para conocer más sobre estas bellas criaturas. Se ofrecen paseos ecológicos para grupos pequeños hasta mediados de septiembre.